Hoy en día se falsifica todo.
La
antigua unión soviética, durante la guerra fría, efectuaba incursiones con
submarinos nucleares en territorio enemigo y
al caer la noche una lancha neumática con un comando de fuerzas
especiales llegaba a la playa y en sacos recogían kilos de arena que como botín
se llevaban para su estudio.
En la
actualidad, los empresarios chinos, envían de vacaciones a todos los trabajadores de su empresa, recorren todo el
país y también sus playas, cada chino se lleva en su bolsillo un puñado de
arena.
Ese
insignificante puñado de arena es el esfuerzo y el sacrificio de personas que
durante años han puesto en CAPITAL en riesgo su capital y han invertido en CONOCIMIENTO.
Eso que ahora se resume en una fórmula
I+D+i= bueno para copiar
Vivimos
en una sociedad consumista. La propiedad intelectual e industrial es un asunto
que ni el propio consumidor se toma en serio.
Un
experto policial dice: "los delitos contra la propiedad industrial e
intelectual abarcan desde el denominado "top manta" hasta grandes
grupos organizados que importan desde Asia contenedores con material
falsificado utilizando organizaciones empresariales "muy complejas"
para introducir "los grandes beneficios" obtenidos a través de esos
delitos en el mercado legal".
En la actualidad
muchas empresas son conscientes de que su productos son copiados con absoluta impunidad,
desde un simple destornillador con un mango novedoso hasta la tecnología más
puntera, nadie se encuentra a salvo de las copias.
El copia y pega ha
inundado nuestro mercado y encontramos productos con un valor ínfimo, por
debajo de costes. Detrás de la fabricación de estos productos hay
organizaciones criminales, explotación infantil, condiciones laborales de
esclavitud, etc… pero nos pervertimos en la compra de productos de imitación, productos de todo a cien, de
usar y tirar.
Como detective
privado durante años hemos investigado este tipo de asuntos, pero en la
actualidad nos sorprende la laxitud de muchos empresarios que dan por perdida
esta batalla, cuando ésta en juego no solo el futuro de la empresa, sino
también el valor del trabajo, el empleo de jóvenes preparados y una sociedad
justa y equitativa.
Ya no solo es un
problema de las marcas de la milla de oro, de las marcas fashion,
es un fenómeno que abarca a toda la industria, a todos nos atañe hacer respetar y valer nuestro saber hacer.
Les invito a echar una ojeada por internet.
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