domingo, 5 de junio de 2016

DESPIDO IMPROCEDENTE. READMISION DEL TRABAJADOR. Y NUEVO DESPIDO. DIFUSION, REVELACIÓN O CESIÓN DE UN SECRETO DE EMPRESA

INVESTIGACIÓN ESPECIALIZADA. 



En más de una ocasión, nuestros clientes nos han contratado para investigar a un trabajador readmitido tras un despido improcedente.

En estos asuntos la investigación es ardua, complicada, donde el ingenio, la oportunidad y el tiempo tienen un papel importante.

El trabajador, como es lógico, tras el despido improcedente espera la indemnización y no contempla ser readmitido

Las tensiones en el lugar de trabajo están a la orden del día, son insoportables, tanto para el empleador como para el trabajador. Y aún más, cuando se trata de trabajadores con cierta antigüedad, que ya han hecho sus planes con la indemnización a cobrar.

El trabajador lo tiene muy fácil y opta por una baja laboral, por estrés, o depresión, (lo más manido y razón por la que estar alerta) y tras varias semanas de confirmación de la baja es cuando la empresa decide encontrar una solución y contratar nuestros servicios de investigación privada.

Seleccionamos de entre nuestros expedientes un asunto que plasma a la perfección esta casuística.

La empresa que nos contrata, nuestro cliente, es una consultora empresarial de Vizcaya, que readmite al trabajador G.S.O., técnico en prevención de riesgos laborales tras un despido declarado improcedente

A los pocos días de su readmisión el trabajador "coge" la baja laboral por estrés, tras colar su enfermedad al médico y a la mutua.

Planteamos a nuestro cliente, con los datos que nos facilita, realizar una investigación en un plazo de tres meses, (ello no significa que sean tres meses de investigaciones diarias, sino que  requerimos de este tiempo para poder efectuarlas sin despertar susceptibilidades en el trabajador y lo más importante, tiempo a que sucedan acontecimientos), son INVESTIGACIONES ESPECIALIZADAS y el don de la oportunidad en estos asuntos hay que saber aprovecharlo, la mente siempre abierta y alerta.

De los datos facilitados por nuestro cliente, sabemos que en una ocasión se le ha visto en un parque empresarial saliendo de un edificio donde se ubican oficinas y una parte del mismo esta dedicado a emprendedores, lo que se denomina una incubadora de empresas, de aquí es de donde parte la sospecha.

No sabemos si acudió al lugar para visitar algún amigo, para informarse o bien porque entre sus planes después de cobrar la indemnización estaba el crear su propia empresa.

CONTROLES Y OBSERVACIONES

En estas ocasiones los controles y observaciones tienen que ser llevados a cabo de forma muy discreta. Pudimos comprobar que el trabajador estando de baja laboral acudía a diario a estas oficinas en jornada laboral de mañana y de tarde, sin embargo extremando las precauciones, estacionando el vehículo en un lugar distinto, no en el propio aparcamiento del edificio y entraba por una puerta que no era la principal, sino una de servicio, en la parte posterior.

Nos apercibimos de que el investigado se mostraba muy receloso, no hay que olvidar, que en estas ocasiones, las circunstancias del despido y la posterior re-admisión, nos son siempre adversas; el trabajador ve fantasmas hasta donde no los hay y por supuesto toma sus medidas y más si estando de baja, tras ser readmitido, su actividad es la de crear su propia empresa.

Valoramos la situación y descartamos continuar realizando los controles y las observaciones. Ver entrar y salir a alguien de un edificio aporta muy poca información o ninguna y siempre tenemos que tener en cuenta  la prueba en contra, el trabajador podía  alegar que allí pasaba el tiempo visitando a un amigo

INVESTIGACIONES


Para averiguar que hacía en el interior de la oficina debíamos de estar lo más próximos al investigado.

Hay que destacar que como las oficinas son de una incubadora de negocios ni en los buzones, ni en las puertas reza ningún rotulo de la actividad que se realiza. Tampoco en el resto del edificio encontramos nada que nos hiciera pensar que tenía abierta una oficina propia.

Valoramos la opción de presentarnos como cliente en la oficina del trabajador,  pero lo descartamos, dado que desconocíamos en que fase o proceso de puesta en marcha estaba la empresa.

A continuación y para proseguir con la investigación nos interesamos por el modo de alquilar una oficina en el mismo lugar al que acudía el trabajador.

Hablamos por teléfono con  la persona responsable del edificio, y en particular de los módulos en alquiler, donde se encontraba la incubadora de empresas, interesados en conocer los requisitos de admisión y alquiler de oficina.

Para averiguar que hacía el trabajador en el interior teníamos muy claro que debíamos de estar ubicados lo más próximos al investigado y entrar en contacto con él. 

Una vez nos informaron de todos los requisitos para alquilar la oficina y  de presentar un proyecto inicial  como emprendedor, basado en la fotografía digital, (materia que conocemos), firmamos el contrato de alquiler de oficina. El precio del alquiler mensual no era superior a los ciento cincuenta euros, nos los podíamos permitir y se justificaba sobradamente ante el cliente.

Reseñar que preparar este tipo de investigaciones u operativos en tiempo record es muy laborioso, requiere de rápidas soluciones, y lo más importante es que todo sea creíble y no despierte sospechas. Para ello lo más recomendable es hacer lo mismo que haríamos en una situación de la vida cotidiana. Lo cotidiano no despierta sospechas. Y como decía un maestro y amigo: la experiencia no se improvisa.

El factor humano es importante, y las debilidades del investigado (que conocíamos) también, la psicología tiene un valor muy importante en este tipo de investigaciones,  por ello decidimos contar para esta misión con una detective de nuestro equipo, venida de otra región. 

Tras una reunión para estudiar el asunto, cual era nuestro objetivo y el modus operandi a emplear, no nos demoramos por más tiempo y decidimos ejecutar, según lo trazado, la investigación.

La suerte también hay que buscarla y en esta ocasión la encontramos. La oficina que nos adjudicaron era un espacio diáfano, separado solo por muebles de oficina, sin tabiques, donde cada emprendedor, no más de cinco, tenía su propia mesa, su estantería, su teléfono. Por tanto teníamos un acceso privilegiado.

Nuestro investigado no tardo en presentarse a nuestra colaboradora/detective, y nada más conocerla entablo amigables conversaciones con ella, una relación óptima que nos permitía obtener de primera mano toda la información. La fuente, cuando es el propio investigado, es una prueba irrefutable y muy valorada.


RESULTADO DE LA INVESTIGACIÓN


En no más de dos días teníamos el asunto resuelto. El informado G.S.O. nos contó su proyecto, un negocio de prevención de riesgos laborales,  (actividad en directa competencia con la de su empleadora), proyecto de negocio que estaba muy avanzado, tenía el nombre de la empresa registrado, la web en construcción y con el que accedimos a su dominio (whois, determina el propietario de un nombre de dominio o una dirección IP en Internet., ), tarjetas, etcétera. 

Nuestra investigación daba excelentes resultados, obtención de información del propio investigado y desde fuera investigar y documentar para ir sumando pruebas.

Aunque al segundo día nuestra sorpresa fue mayúscula¡¡¡, cuando observamos y pudimos fotografiar toda la documentación que tenía en los estantes de su oficina y que en realidad era documentación de nuestro cliente, la empresa consultora

  • listados de clientes,
  • protocolos,
  • proyectos en curso y ya realizados
  • auditorias,
  • tarjetas
  • material de archivo
  • archivadores con el lógo de nuestro cliente,
  • y su inseparable ordenador portátil
  • etcétera...


Nos hallábamos ante la comisión de un delito, art. 279 1. y 2. C.P.  DIFUSIÓN, REVELACIÓN O CESIÓN DE SECRETO DE EMPRESA.

De inmediato nos reunimos con el cliente y le presentamos mediante informe, el resultado de nuestras investigaciones, con todos los elementos probatorios obtenidos, audio e imagen, y le mostramos las fotografías de la documentación hallada en la oficina del trabajador G.S.O..

Nuestro cliente por supuesto estuvo satisfecho de los resultados obtenidos, pero su enojo y preocupación  fue considerable, estaba en juego su Know How y la misma tarde presento, acompañando nuestro informe, denuncia ante la Ertzaintza y sin más demora, al día siguiente, el Juzgado de Instrucción de Bilbao dicto Auto de entrada y registro en la oficina del trabajador. 

Del acta de entrada y registro quedo constancia de la ingente documentación encontrada en la oficina de la que era arrendatario G.S.O. y cuya propiedad era de nuestro cliente, y se pudo examinar en detalle todo lo sustraído.

Los hechos enjuiciados y legalmente probados fueron constitutivos de un delito de REVELACION DE SECRETOS art. 279.2 del C.P. del que resulto criminalmente responsable en concepto de autor el trabajador G.S.O. por la participación directa, voluntaria y material que tuvo en la ejecución de los hechos.

En el juicio acudimos a ratificar nuestro informe.

El trabajador fue condenado como autor responsable de un delito de descubrimiento y revelación de secretos de empresa a la pena de dos años de prisión.


Y por supuesto, también despedido.

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